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La fábrica que se construye en el centro de Bolivia para industrializar la hoja de coca y otras plantas medicinales existentes en el país tiene un avance físico de 78,45%, informó este lunes el Gobierno boliviano.
El gerente técnico de la Empresa Pública Productiva de Industrialización de la Hoja de Coca Boliviana – Kokabol, Antonio Quiroz, dijo a los medios que el montaje de la planta está en su «etapa final» y que está previsto entregar progresivamente durante este año cada una de las cuatro líneas de producción que tendrá la industria. «Tenemos un avance físico en cuanto a equipamiento y maquinaria de 78,45 % a diciembre de la gestión pasada», precisó Quiroz.
La primera línea que se entregará y que ya está «prácticamente montada» es la de productos secos, para elaborar infusiones, cápsulas y harinas en base a la hoja de coca y otras plantas medicinales, indicó.
La siguiente será la de fitofármacos duros, en la que se elaborarán pastillas caramelizadas, y también están previstas otras dos líneas de producción: una de fitofármacos blandos que producirá gel dental, cremas y ungüentos y otra de fitofármacos líquidos para la fabricación de jarabes, señaló el funcionario.
Quiroz recordó que Kokabol se creó mediante un decreto aprobado en junio de 2022 que también autorizó una inversión de unos 62 millones de bolivianos, equivalentes a unos 8,9 millones de dólares.
La industrialización de la hoja de coca
La planta se encuentra en el municipio de Sacaba, en la región central de Cochabamba, y tendrá una capacidad anual de procesamiento de 432 toneladas de hoja de coca.
El Gobierno proyecta que la industria llegará a su «punto de equilibrio» hacia su cuarto año de funcionamiento, cuando comenzará a recuperar el dinero invertido, según Quiroz. Se prevé que la planta genere 220 empleos directos en su fase de operación y más de 1.150 empleos indirectos.
Kokabol es al menos el tercer intento estatal desde 2006 por industrializar la hoja de coca, tras otras dos plantas puestas en marcha, una en 2010 también en Cochabamba y otra en 2013 en La Paz durante el Gobierno de Evo Morales y que actualmente no operan.
El objetivo de esta planta es «industrializar la hoja de coca» y desarrollar investigaciones para extraer los nutrientes del arbusto y de las más de 1.700 plantas medicinales que hay en Bolivia para generar fitofármacos o fármacos naturales, explicó Quiroz.
Según el funcionario, hubo «conversaciones con el Gobierno canadiense y con empresas australianas» que mostraron su interés en comprar productos en base a hoja de coca y otras plantas medicinales.
La coca en Bolivia
La hoja de coca en Bolivia está consagrada en la Constitución vigente desde 2009 por sus usos tradicionales, medicinales y culturales, pero una parte de la producción es desviada al narcotráfico para la fabricación de cocaína.
El consumo de la planta en el área rural y algunas zonas urbanas es común, sobre todo en infusiones o a través del ‘acullico’, ‘pijcheo’ o masticado de estas hojas.
En el país ya se han desarrollado antes diversas iniciativas privadas para industrializar la hoja de coca en infusiones, harinas, pasta dental e incluso en 2010 se creó una bebida energizante llamada Coca Colla.
En 2017, Evo Morales promulgó una ley que amplió la superficie de los cultivos legales de hojas de coca en el país de 12.000 a 22.000 hectáreas. Los cultivos en Bolivia disminuyeron un 2 % al pasar de 30.500 hectáreas registradas en 2021 a 29.900 en 2022, según un informe presentado en octubre por la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (Unodc).